Una Fé Verdadera: tiempo de unión
Hola, espero esta nota en este mes de navidad te llegue como si yo fuera parte de tu familia, y la leas pensando en que Dios verdaderamente quiere lo mejor para ti. Sabes, este mes en nuestra cultura es un mes de fraternidad, mes de pasar tiempo juntos, donde el tío Juan, aunque es insoportable, no lo vez tan mal y donde a través de toda la vida has creado memorias bonitas y otras locas, que hacen de estos tiempos, tiempos especiales. A la misma vez, para otros, pueda que esta época sea agridulce, porque hay familiares queridos en nuestros países de origen, y lo mas seguro es que muchos deseamos estar con ellos.
Hay muchas personas que celebran la navidad por tradición, o simplemente es lo que la familia ha hecho toda la vida, pero no conocen el verdadero significado de la navidad, y el porque de tanta fiesta.
Bueno, es una fecha especial porque entendemos que Jesús, siendo Dios, vino a este mundo con el propósito de dar libertad y amor a todos quienes le reciben y acepten en su corazón. Celebramos el día en que él dejó toda su gloria, dejó un cielo que se unía a todo un firmamento para darle eterna adoración, y se despojo de su soberanía y se volvió un hombre cuyo fin fue el acercarse a nosotros para darnos el mejor regalo que podemos tener… LA SALVACIÓN. Por eso podemos ver tantos pesebres, mirar estrellas brillantes en los cielos, y cantamos esa hermosa canción que llena de ternura nuestros corazones “noche de paz”. Medita en esta letra que llevamos cantando por años: “noche de paz, noche de amor, todo duerme en derredor. Entre los astros que esparcen su luz, bella anunciando al niñito Jesús, brilla la estrella de paz, brilla la estrella de Paz.”
Así que, te quiero invitar este año, a que celebres de una manera diferente. Ya que conoces un poco mas del significado, acepta el regalo que Jesús te da y recibe su Salvación. Si puedes ora estas palabras y dile: Jesús, gracias por traer la luz a este mundo, te pido que hoy, esa luz llegue a mi vida y alumbres mi corazón y mi camino. Te acepto como mi Señor, mi Dios y Salvador y gracias porque viniste a darme una vida nueva y vida llena de bendición y victorias. ¡Amen!
Bueno, si hiciste esa oración, oficialmente somos familia y mi primera frase al empezar a escribir, ¡es totalmente valida! Así que mi hermano, hermana, te deseo una feliz navidad, muy felices fiestas y deseo que la paz de Dios este en tu corazón y brille a través de ti.
Autor: David Lamus