Queridos líderes mundiales (que ya los incluye a todos porque las palabras “líderes” y “mundiales” terminan ambas en “e”).
Quienes firman aquí, redactamos esta misiva para admitir que sí: llegó el momento que tanto esperaban. Viene el mundial y no les esteramos parando bolas (ni bolas, ni ingle, ni nalgas, porque este mundial, además, se cruza con la Navidad). Del 20 de noviembre al 18 de diciembre estaremos muy ocupados en labores sumamente prioritarias, como llenar el álbum, armar las quinielas, ver los juegos, analizarlos resultados, celebrar por el ganador, despecharnos por el perdedor, acostarnos a dormir borrachos, despertarnos con dolor de cabeza y volver a comenzar ese mismo durante todo un mes.
De hecho, será un mundial en el que tendremos que estar más pendientes de lo normal solo por el morbo de ver si algún jugador se atreverá a desafiar las reglas qataríes de comportamiento. Para celebrar un gol, ¿se quitarán la camisa? Para hacer una barrera, ¿se agarrarán sus partes íntimas? Cuando pasen a una siguiente fase, ¿se lanzarán los jugadores uno sobre otro de forma insinuadora?
Pero véanle lo bueno, amigos políticos: ya no tendrán que esperar a que sea entre gallos y medianoche para cometer alguna fechoría. Será un momento privilegiado en sus carreras para cometer autoritarismos en pleno horario de oficina, pero tampoco se pasen. No se aprovechen de nuestra desatención para meter más goles en impuestos, ni meter gente presa, ni comenzar la Tercera Guerra Mundial.
Por ello, les proponemos un pacto de no agresión entre ustedes y nosotros donde el lema sea “Durante Qatar, las reglas hay que Qatar“; en donde los estatutos sean los siguientes:
- Que en cada congreso y/o parlamento haya un VAR que ya no signifique “Video Assistant Referee”, sino “Vigilando A Ratas”, para analizar el video y ver si hay faltas para ver a quién expulsamos.
- Si usted es un líder que promueve la ecología y que baje nuestra dependencia del petróleo, entonces no vaya a Qatar. Estaría viajando en un avión que usa combustibles fósiles a un país que vive de los combustibles fósiles. Ahora, si su fanatismo al futbol es mayor, entonces váyase a pie, en bicicleta, en carro eléctrico o en camello, pero váyase ya, que Qatar queda muy lejos.
- Si en efecto llega a viajar a Qatar, le recordamos que allí sí es obligatorio cumplir las leyes. Por tanto, no se comporte como político en campaña, pues está prohibido abrazar y besar a viejitas y repartir licor para que voten por usted. Recuerde que en Qatar las expresiones de cariño en público no son bien vistas (y menos si son con alguien de su mismo “partido”).
- Para evitar que ustedes, políticos, tomen ventaja de nosotros, proponemos que Panini les haga su propio álbum Geopolítica 2022. Un álbum donde podrán coleccionar las barajitas de las promesas incumplidas, los dineros desaparecidos y los presos políticos. El riesgo de esto es que cuando se sienten a intercambiar barajitas de crisis nacionales, capaz todos digan “la tengo, la tengo, la tengo…”.
- Si no interfieren las profecías de Nostradamus, Los Mayas o Baba Vanga (que es un profeta, no un futbolista africano), este mundial Qatar 2022 va. Por ello les rogamos a ustedes, señores líderes mundiales, dejar todo conflicto para enero del 2023. Un mes aburrido donde además los ánimos estarán caldeados por motivos como que Daddy Yankee se retira y Piqué seguro demandará a Shakira por todas las veces que le pusieron sus canciones en un estadio.
Esperando sus amables comprensiones en pro de un feliz Mundial Qatar 2022, se despiden de ustedes Betto Rojas y Reuben Morales, actuales dirigentes de la comisión por un fútbol feliz (y no porque sepamos mucho de fútbol, sino porque ambos somos calvos y tenemos cabezas de balón).
AUTORES.- Betto Rojas y Reuben Morales