Alejandro Giammattei, del partido Vamos, ya se prepara para asumir el cargo de presidente de Guatemala. El candidato conservador le ganó este domingo en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales a la rival Sandra Torres, del partido Unidad Nacional de la Esperanza y ex primera dama, según los datos preliminares el Tribunal Supremo Electoral del país. Que ya se escrutó un 98% de los votos.
La segunda ronda electoral finalizó con un alto nivel de abstencionismo. De los más de ocho millones de guatemaltecos inscritos al padrón, no fue a a las urnas un 55% de la población con derecho a voto.
Giammattei obtuvo un 58% de los apoyos, frente a un 42% de electores que prefirieron a su rival.
Tras difundirse los primeros resultados, Giammattei dirigió un mensaje público. “Quiero agradecer profundamente a todos mis amigos de mil batallas, asesores que nos acompañaron en esta dura lucha que no fue fácil. El objetivo se cumplió”, dijo.
«Con un nudo en la garganta, 12 años después vengo a decirles… para este humilde servidor, este humilde ciudadano de Guatemala, va a ser un inmenso honor ser el presidente del país al que amo tanto”, agregó.
Giammattei, de 63 años, lleva más de una década buscando la primera magistratura del país y dos intentando alcanzar un cargo público. Esta era la cuarta vez que se presentaba como candidato a la a presidencia. Ahora, el médico y cirujano de carrera, pero un trotamundos de la política, ha conseguido su propósito.
El ganador de las elecciones, que tiene 3 hijos y padece de esclerosis desde hace más de 40 años, lo que le obliga a caminar apoyado sobre dos muletas, había presumido en varias ocasiones de ser el primer presidente con diversidad funcional y tendrá por delante varios retos, como la lucha contra la corrupción y la impunidad, la desnutrición, la educación, la pobreza o la violencia.
Giammattei quiere imponer mano dura contra el crimen y reintroducir la aplicación de la pena de muerte; se opone férreamente al matrimonio homosexual y al aborto, y defiende los valores tradicionales.
El que hasta ahora fue el presidente del país, Jimmy Morales, felicitó este domingo al futuro gobernante y pidió unidad para enfrentar los grandes desafíos del país. Al mismo tiempo, felicitó también a Guillermo Castillo, que va a ser el próximo vicepresidente.
«Me permito felicitar al binomio presidencial del partido Vamos (…) por haber alcanzado la mayoría de los votos válidos en esta segunda vuelta», aseguró Morales en un mensaje a la nación en el que celebró el «civismo y patriotismo» de los guatemaltecos que acudieron a las urnas, los «grandes protagonistas».
La rival de Giammattei, Sandra Torres, estuvo casada con el expresidente Álvaro Colom (2008-2012), pero tiene una carrera propia como empresaria, en la que dirigió una compañía textil. Promete mejorar la educación, la sanidad y la economía. También ha propuesto un plan anticorrupción, aunque ella y su partido han sido acusados por la fiscalía de financiarse ilícitamente en las elecciones de 2015. Se presentó como candidata del partido socialdemócrata Unidad Nacional de la Esperanza.
BAJA AFLUENCIA
Durante la jornada, la poca afluencia a las casillas era evidente. Sin embargo, unos pocos salieron a votar desde temprano.
Rogelio Estrada, de 45 años y padre de dos hijos, fue uno de los primeros guatemaltecos en votar en un centro de votación ubicado al este de la capital. Estrada dijo que esperaba que el proceso electoral se desarrollara sin hechos de violencia y que cualquiera de los candidatos que resulte electo se enfoque en combatir la corrupción y solucione los problemas que generan la migración.
“No importa quien resulte electo, cualquiera de los dos debe preocuparse en combatir la corrupción porque este gobierno (de Jimmy Morales) se dedicó a robar. El que gane también debe preocuparse en la seguridad y en el empleo para evitar que más guatemaltecos se vayan (migren) a Estados Unidos”.
Guatemala celebró la primera ronda de las elecciones generales el 16 de junio, pero ningún candidato consiguió votos necesarios para asumir el cargo. La campaña presidencial se vio marcada por una caótica sucesión de decisiones judiciales, intrigas, cambios ilegales de partido y acusaciones de malas prácticas que truncaron las candidaturas de dos de los tres favoritos a la presidencia.
El ganador de este domingo, que asumirá el cargo el 14 de enero de 2020, tendrá entre sus retos atajar el gran flujo de migrantes que salen hacia Estados Unidos.
RETOS POR DELANTE
El Gobierno del presidente saliente, Jimmy Morales, firmó el 6 de julio un acuerdo con Estados Unidos que obligaría a salvadoreños, hondureños y otros migrantes a pedir asilo en Guatemala si cruzan al país en su ruta hacia Estados Unidos. El próximo presidente tendrá que implementar el acuerdo de “tercer país seguro”, que aún tiene recursos legales que salvar en el país, que podría reducir el número de migrantes que llegan a la frontera estadounidense.
Además de la migración, el nuevo gobierno de uno de los diez países más desiguales del mundo también deberá enfrentar la desnutrición crónica de unos 800.000 niños menores de 5 años, un 90% de impunidad en el sistema de justicia, y los temas que preocupan a la población como la delincuencia, el desempleo, los crecientes costes de la vida y la arraigada corrupción.
Tres de los últimos cuatro presidentes electos fueron detenidos tras su mandato por acusaciones de corrupción. Morales decidió no renovar el mandato de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala, CICIG, una comisión anticorrupción de Naciones Unidas, tras verse acusado de incumplir las normas de financiamiento electoral. La comisión finaliza en septiembre tras 12 años de trabajo en el país y de desarticular más de 60 estructuras del crimen organizado.
El politólogo Ricardo Barreno del Instituto Centroamericano de Estudios Políticos dice que el próximo presidente debe lidiar, además de la migración, con un Congreso dividido e integrado por 19 partidos políticos y con una deteriorada imagen en el exterior.
“El nuevo gobernante debe liderar un país que desde fuera es visto (por otros países) como una nación con retrocesos en la lucha contra la corrupción a raíz de la no renovación del mandato de la CICIG”, opinó Barreno.