El día internacional del chocolate tiene, por una parte, un origen esencialmente anglosajón: ese día, en 1957, nació Milton Hershey, el estadounidense fundador de The Hershey Chocolate Company, una de las empresas más grandes dedicadas a la producción chocolatera.
Sin embargo, al mismo tiempo, el 13 de septiembre pero de 1916 nació el escritor británico Roald Dahl, autor de Charlie y la Fábrica de Chocolates, la novela que Tim Burton llevó al cine con Johnny Deep como protagonista.
Esta fecha tiene su controversia porque la Academia del Chocolate y la Confitería, con sede en Francia, estableció junto con la Organización Internacional de los Productores de Cacao conmemorar al chocolate junto al Día Mundial del Cacao: el 7 de julio, que hace referencia a la llegada del cacao desde América a Europa en 1550.
Sea el día que sea, siempre es bueno festejar un alimento noble que contiene buenas cantidades de ácidos grasos mono insaturados y antioxidantes. Su consumo diario, siempre en dosis moderadas, puede ser beneficioso para la prevención de patologías y procesos degenerativos e inflamatorios.
Lo cierto es que el chocolate no necesita muchos pergaminos para cautivar los paladares. Es ideal para compartir entre amigos, parejas y familia. Gran creador de momentos únicos, el chocolate despliega en cada bocado una sensación que muchas veces nos acerca a un estado de felicidad.
Los beneficios que se le atribuyen a este alimento se relacionan con algunos nutrientes específicos del cacao en forma natural. Sin embargo, el chocolate tal cual lo conocemos lleva otros ingredientes. Es cierto que posee flavonoides, que son antioxidantes y vasodilatadores, que es rico en el aminoácido triptófano, precursor de la hormona serotonina productora sensación de bienestar y demás ondas placenteras.
Pero también es verdad que dentro del rubro «chocolate» existen variantes: no es lo mismo un producto con chocolate o una barra de chocolate con leche, que uno 85% cacao.
Cuanto más amargo, mejor es la calidad del chocolate.
Así que este viernes 13, o también el resto del fin de semana, es una excelente oportunidad para honrarlo en tortas, bombones, diversos postres o una buena taza humeante. O todo combinado, ¿por qué no?