Esta es una manifestación tradicional procedente del oriente de Venezuela. Danza-juego que se usa mucho en los actos de preescolar, cuenta con diferentes parejas de personajes, que danzan al ser nombrados a medida que se va desarrollando la canción. Según las leyendas de la isla de Margarita, Los chimichimitos no eran otra cosa, sino seres del otro mundo, que frecuentaban las regiones playeras, especialmente aquéllas donde habitaban marinos y pescadores.
Se comentaba que en las noches de luna clara recalaban con mucha frecuencia cantidades de chimichimitos, que corrían por las orillas del mar, revolcándose en las arenas y efectuando infinidad de juegos parecidos a los que ejecutan los niños de la tierra. Muchos juraban haberlos visto bailando El Sepeserepe, La Pava Loca, El Tamboré y La Ronda, agarraditos de las manos formando círculos o ruedas grandísimas; igualmente jugando La Candelita, La Balasentá, El Cucambé, El Talión, El Tibiribirón, El Zapizapato, El Pirinduñe y La Cañabereca.
Se cuenta que los chimichimitos eran espíritus de niños muertos en el vientre de las madres durante la navegación y en otras actividades del mar, y que por no haber logrado ver la luz del día ni percibir el pecado terrenal, no se dedicaban a hacer maldades ni a practicar enamoramientos, como los otros duendes. También se decía que los chimichimitos entonaban algunas veces melodías bellísimas que adormecían a los inocentes y a los peces pequeños los hacían acercarse hasta la playa donde se varaban y morían del encantamiento.