El encuentro busca reafirmar «el compromiso de Estados Unidos» con Venezuela y crear vías para acelerar una transición demócrática. El chavismo reaccionó al asegurar que las últimas declaraciones de Trump representan una «violenta amenaza» contra el gobierno de Maduro y su integridad.
El presidente Donald Trump recibió este miércoles por la tarde al mandatario interino de Venezuela, Juan Guaidó, en una reunión en la Casa Blanca aseguró que Estados Unidos pretende confirmar el compromiso con el líder y buscar vías para una transición democrática en el país sudamericano, inmerso en la peor crisis política y económica de su historia.
«La visita es una oportunidad de reafirmar el compromiso de Estados Unidos con los venezolanos y para discutir cómo podemos trabajar con el presidente Guaidó en una transición democrática acelerada que ponga fin a la crisis actual», dice el comunicado oficial donde se informó de la reunión.
El comunicado refiere que Estados Unidos continuará tomando acciones con sus aliados en la región para «confrontar la dictadura ilegítima en Venezuela».
Más temprano, Guaidó publicó en su cuenta de Twitter un mensaje en el que confirmaba su paso por la Casa Blanca, donde ya tuvo una reunión con el vicepresidente Mike Pence durante la mañana. «Mantenemos la unión y el trabajo conjunto por la libertad de Venezuela», escribió.
La visita tuvo lugar justo después de que Guaidó asistiera como invitado especial al discurso del estado de la Unión que ofreció Trump ante el Congreso este martes por la noche. Durante su mensaje, Trump prometió que «la tiranía» de Nicolás Maduro sería «aplastada».
Guaidó —reconocido como presidente interino de Venezuela por más de 50 países, entre ellos Estados Unidos— fue descrito por Trump como un «hombre valiente que carga consigo las esperanzas, sueños y aspiraciones de todos los venezolanos». Eso le ganó los aplausos de todos los demócratas y republicanos en la sala del Capitolio, justo en momentos en que la tensión marca la pauta en Washington por el juicio político que se decidirá este miércoles en el Senado.
El gobierno de Maduro reaccionó. Acusó al gobierno de Trump de atacar a Venezuela: «Trump ofende e irrespeta al pueblo venezolano al proferir violentas amenazas contra su integridad y contra el gobierno constitucional, legítimo y democrático del presidente Nicolás Maduro», señala el texto que fue leído a los medios por el canciller Jorge Arreaza.
La estrategia estadounidense
EEUU fue el primer país que reconoció a Guaidó como presidente interino de Venezuela en enero de 2019, justo después de su juramentación apegada a la Constitución del país y al considerar como fraudulenta la reelección de Maduro en 2018. Desde entonces, emprendió una campaña destinada a derrocar a Maduro mediante la imposición de sanciones contra funcionarios del gobierno, incluido el hijo del presidente, Nicolás Ernesto Maduro Guerra; su esposa Cilia Flores y más de una decena de los más altos cargos civiles y militares, acusados de perpetuar al chavismo en el mandato y con ello profundizar la crisis.
Sin embargo, a pesar de la presión de Estados Unidos, Maduro insiste en mantenerse al frente de la nación sudamericana y no muestra señales de una posible salida del poder. Por el contrario, ha propuesto llevar a cabo elecciones parlamentarias para recuperar el control de la Asamblea Nacional, el único de los Poderes Públicos en manos de la oposición y que no ha logrado dominar.
El 5 de enero pasado, tras renovar su mandato al frente de la Asamblea Nacional en medio de una jornada violenta con el chavismo, Guaidó fue ratificado además como mandatario interino. Y a pesar de las prohibiciones de salida del país que le impuso el gobierno de Maduro, salió de Venezuela a Colombia, donde empezó un periplo de reuniones, en esa ocasión con el jefe de la diplomacia estadounidense, Mike Pompeo, y con el presidente de Colombia, Iván Duque.
Luego tuvo visitas de alto nivel en otros países como Canadá, donde se reunió con el primer ministro Justin Trudeau, y en España fue recibido por la ministra de Relaciones Exteriores, Arancha González de Laya.
Venezuela vive una de las peores crisis de su historia moderna por un gobierno que se ha mantenido arraigado al poder durante más de 20 años. Según la ONU, la inestabilidad política, la precariedad económica y la criminalidad han obligado a emigrar a más de cuatro millones y medio de personas. La gran mayoría de estas personas ha buscado refugio en América Latina. Actualmente, Colombia acoge a 1,3 millones de venezolanos, seguido de Perú, con 768.000; Chile con 288,000; Ecuador con 263,000; Argentina con 13,000; y Brasil con 168,000.