El Vaticano ha condenado la eutanasia y el suicidio asistido en sus palabras más fuertes hasta el momento. Lo llamó un «acto de homicidio» que nunca podrá justificarse, en un documento emitido el martes.
La oficina doctrinal del Vaticano publicó el documento de 17 páginas que se llama “El buen samaritano”. Allí reafirma las prohibiciones de la Iglesia católica sobre la eutanasia y el suicidio asistido. Esto llega mientras algunos países tradicionalmente católicos están considerando legalizarlos.
Vaticano: La eutanasia, un «pecado grave»
La eutanasia es un “crimen contra la vida humana” y un “acto intrínsecamente maligno en toda situación y circunstancia”, dice el documento.
El Vaticano dice que los que aprueban leyes a favor de la eutanasia y el suicidio asistido son “cómplices de un pecado grave que otros ejecutarán”.
La eutanasia implica que un médico administre un fármaco para acabar con la vida de un paciente que está sufriendo. Por otro lado, el suicidio asistido le permite al paciente administrar su propio fármaco letal, generalmente con la supervisión de un médico.
Actualmente, alguna forma de asistencia para morir es legal en nueve estados de Estados Unidos y Washington. La eutanasia es legal en tres países europeos (Países Bajos, Bélgica y Luxemburgo). España y Portugal, países tradicionalmente católicos, están considerando leyes que legalizarían la eutanasia.
«El Buen Samaritano» anima a los trabajadores de la salud y las familias a acompañar a un paciente terminal en su sufrimiento y culpa a una cultura que valora la “autonomía e individualismo” sobre la comunidad por permitir y ayudar a los pacientes terminales a terminar con sus vidas.
Participar en la eutanasia, dice el documento, «es tomar el lugar de Dios al decidir el momento de la muerte».