Casi no se movía. Su peso no se lo permitía y su vida se había limitado a pocas actividades. Para el chico Arya Permana, un niño de 12 años de West Java en Indonesia, la vida se había vuelto un infierno.

Había sido nombrado el niño más gordo en su país al llegar a las 420 libras de peso.
Sin embargo, todo cambió. Permana se sometió a un operación de reducción gástrica, cambiando además a un dieta supervisada por profesionales y a una rutina de ejercicios. Permana ya perdió casi 200 libras y ahora puede salir a la calle, practicar deportes y compartir con amigos, algo que no creía posible un año atrás. Su peso comenzó a aumentar considerablemente cuando cumplió los 2 años.
Durante su niñez se comía 5 cenas grandes al día y sus padres han asumido la responsabilidad de no haberlo controlado. Ahora, Permana ha cambiado su vida, sin embargo, es posible que necesite otra cirugía para remover exceso de piel que cuelga sobre su nueva figura.