Miles de personas se congregan para ver un templo budista en el centro de Tailandia que ha quedado expuesto después de que la sequía redujera los niveles del agua a niveles récord en un embalse donde la ruinas habían estado sumergidos. A medida que el embalse alcanza menos del 3% de su capacidad, los restos de Wat Nong Bua Yai, un templo moderno sumergido durante la construcción de la presa hace 20 años, se han hecho visibles.
Algunos monjes budistas se encontraban entre los cientos de personas que caminaron a través de las estructuras rotas del templo, en la tierra agrietada llena de peces muertos, la semana pasada, para rendir homenaje a una estatua de Buda sin cabeza de 4 metros adornada con flores. ”El templo normalmente está cubierto por agua. En la temporada de lluvias no se ve nada”, dijo uno de los visitantes.
Este turista lamentó las inundaciones del templo, pero ahora está preocupado por el daño que la sequía está causando en las tierras de cultivo. La presa, con una capacidad de 960 millones de metros cúbicos, normalmente riega 526.000 hectáreas de tierras de cultivo en cuatro provincias, pero la sequía ha reducido eso a solo 1.214 hectáreas en la provincia de Lopburi.
El departamento meteorológico dice que Tailandia se enfrenta a su peor sequía en una década, con niveles de agua en todo el país muy por debajo del promedio mensual. Yotin Lopnikorn, de 38 años, jefe de la aldea de Nong Bua que solía estar cerca del templo, recuerda haberlo visitado con amigos cuando era niño, antes de que la construcción de la represa obligara a los aldeanos a salir.
”Cuando era joven, siempre venía a encontrarme con amigos en las esculturas de elefantes frente al edificio principal para jugar allí”, dijo Yotin. En ese momento, el templo era el centro de la comunidad, utilizado para realizar rituales, festividades y actividades educativas, además de funcionar como un patio de recreo y área recreativa.
Al lado del recinto del templo se encuentran los restos de 700 hogares de la aldea. Las ruinas ya habían reaparecido antes, después de una sequía en 2015. ”Esta es la segunda vez que veo este templo en esta condición”, dijo Yotin. “Ahora creo que necesitamos salvar este lugar”, añadió.