James le da todo el crédito a Bob, su gato pelirrojo, quien lo ha ayudado a recuperarse de una adicción a las drogas y a salir de las calles. Su historia es tan sorprendente que será llevada a la gran pantalla.
James Bowen, llevaba tres años luchando contra la drogas y sin hogar, cuando decidió entrar en un programa de recuperación. Fue entonces que encontró a Bob y su vida cambió completamente.
El 2007 Bowen encontró al gato fuera de su casa. El animal estaba herido y cojeaba. Como cualquier persona, James decidió ayudar al gato, lo llevó al veterinario y los tuvo con él dos semanas. Cuando vio que el gato estaba totalmente recuperado le abrió la puerta para que ese volviera a su antiguo hogar, las calles. Pero Bob se negó a irse.
“No tenía planes de retenerlo. Pensé que era un gato callejero. Pero después de tres semanas traté de dejarlo libre. Lo dejé fuera, pero él no se iba. Un día me siguió hasta el autobús y se subió después de mi.”
James Bowen de lo que ganaba en calle, junto a él siempre estaba Bob, con su bufanda y su correa. Tocando con su guitarra y Bob de su lado, sus ingresos comenzaron a triplicarse.
En 2010 un periodista local, los vio fuera de una estación en London. “Él es un amigo muy leal”, le dijo Bowen al periodista. El periodista, impresionado por ver este gato junto al músico, publicó una pequeña nota en el diario.
Un agente literario leyó este artículo y contactó a James Bowen para escribir un libro. A Street Cat Named Bob (Un gato callejero llamado Bob) fue publicado en 2012 el día del cumpleaños de James. Disparando la fama de Bob y James, han vendido más de un millón de copias en UK y ya ha sido traducido a más de 30 idiomas. A este éxito le han seguido cinco libros.
El siguiente paso es la pantalla grande. Las filmaciones comienzan este mes. El libro ha sido adaptado por Tim John y dirigido por Roger Spottiswoode (007: El mañana nunca muere). El éxito de su libro y esta futura película, alegran a James, pero él continuará tocando en la calles junto a Bob. Es lo que hace feliz a ambos.
“Bob me ha llevado a otro planeta, una galaxia diferente. Nunca podría decir que soy su dueños. Somos socios”, confiesa James sobre el gato.