¿Sabes qué relación existe entre algunos movimientos antivacunas y la religión? ¿Tienes idea de por qué se disparó la búsqueda sobre “la marca de la bestia” en Google Trends en plena pandemia? En estas “Crónicas de la desinformación” te contamos.
Nada – absolutamente nada – en el mundo de la desinformación es fruto de la casualidad. Que te lleguen tantas falsedades relacionando la vacunación contra el covid-19 con temas de fe y religión es la prueba más reciente de esto. Y aquí van algunos datos para que entiendas lo que sucede.
A finales de enero, una encuesta realizada por el Pew Research Center reveló que para más de un cuarto (28%) de los estadounidenses la pandemia ha servido para reforzar sus creencias religiosas.
En este estudio hay una lista de 14 países y Estados Unidos aparece en primer lugar como la nación en la que las personas recurrieron más a la religión para hacer frente al nuevo coronavirus y a todas las pérdidas y dificultades provocadas por él.
Es verdad que muchas misas y cultos de diferentes creencias han sido suspendidos como consecuencia del alejamiento social. Pero todo indica que la fe ha crecido de forma consistente en la pandemia.
El 16 de febrero, casi un mes después de la primera encuesta, otro estudio hecho por el Pew Research Center detectó un dato alarmante. Casi la mitad (45%) de los 41 millones de adultos evangélicos blancos que viven en Estados Unidos decían que probablemente o seguramente no se vacunarían contra el covid-19. Era un grupo muy significativo – en términos absolutos y relativos – y esto merecía atención. ¿Estarían influenciados por la desinformación?
A lo largo del primer trimestre de este año, los verificadores de datos que actúan en Estados Unidos detectaron decenas de posts, tuits, imágenes y videos que intentaban relacionar de manera inadecuada el programa de vacunación con la fe.
Muchas veces los fact-checkers (o verificadores de datos) demostraron que, al revés de lo que se viralizaba en las redes sociales y en las apps de mensajería privada, las vacunas contra el covid-19 no utilizan células de fetos abortados ni eran responsables por una serie de abortos recientes.
Pero la fuerza del movimiento antivacunas nunca ha sido pequeña y en la última semana de marzo llegó a su punto más alto. Tras la divulgación del resultado de las encuestas del Pew Research Center y de los varios chequeos publicados, miembros relevantes de la comunidad antivacunas resucitaron expresiones extraídas de la Biblia para ampliar las dudas sobre el combate al nuevo coronavirus entre los fieles.
En un único video, colgado en Twitter el 30 de marzo, la diputada Marjorie Taylor Greene, de Georgia, tuvo 2.5 millones de visualizaciones y más de 9,300 mil likes al decir que los pasaportes sanitarios (documento que se le entrega a la persona vacunada minutos después de la inyección) son “la marca de la bestia».
Presente en el libro del Apocalipsis, esta expresión se refiere al nombre – o más bien al número – de la bestia. Es algo que, según la Biblia, aparecerá en la mano derecha o en la frente de los individuos autorizados “a comprar y vender”. Metafóricamente, la marca de la bestia identificaría a aquellos autorizados a seguir en la sociedad cuando llegue el Apocalipsis.
Al utilizar esta expresión, Taylor Greene logró lo que quería: llamó la atención de muchos religiosos y puso la expresión ‘mark of the beast’ (en inglés) entre las tendencias de Twitter.
Para muchos, la diputada tenía razón al criticar el sistema de vacunación propuesto por el presidente Joe Biden. Para otros, se pasaba. Un grupo de más de 5,400 cristianos llegó incluso a clasificar este comentario como «blasfemia».
Desde el punto de vista de los que combaten la desinformación, lo que realmente quedó es la creciente duda hacia las vacunas sobre covid-19 y el riesgo evidente de mezclar fe y ciencia, aunque varios líderes religiosos ya hayan dicho públicamente que tomaron o tomarán la vacuna.
Investigadores del Virality Project, coalición que reúne especialistas en desinformación digital de la Universidad de Stanford, de NYU y de la Washington University, entre otros, recuerdan, sin embargo, que, desde hace décadas, negacionistas alrededor del mundo intentan asociar otros tipos de vacunas con ideas religiosas.
En 2005, por ejemplo, un dentista jubilado llamó la atención al poner a la venta un documental de más de tres horas en el que repartía una serie de teorías de la conspiración. Entre ellas, la de que las vacunas de viruela eran (fíjense) la «marca de la bestia».
Pero es evidente y comprobable que, entre abril de 2020 y abril de 2021, la expresión «mark of the beast» pasó a estar íntimamente asociada a las búsquedas sobre vacunas para covid-19 en Google. Mira la siguiente imagen, extraída de la herramienta Google Trends. En ella están listados términos asociados a » mark of the beast» en este período:
En una entrevista con CNN, el director del Institute for Research and Education on Human Rights, Devin Burghart, dijo que hay más de 11,000 grupos antivacunas identificados en Facebook y que ellos suman más de 3.2 millones de personas. Muchos tienen un perfil religioso y reparten ideas falsas sobre la composición y reacciones adversas de las vacunas de covid-19.
«Identificamos una coalición muy diversa. Hay grupos de madres, de practicantes de yoga… que comparten teorías de la conspiración como esta de la marca de la bestia», dijo Burghart.
Y es por esto que toda ayuda para combatir este tipo de desinformación es bienvenida. Actualmente los CDC tienen una página web para cada vacuna autorizada en Estados Unidos. En estos espacios cualquiera puede encontrar datos científicos actualizados sobre las inyecciones de Pfizer, Moderna, Johnson & Johnson. Los CDC insisten en que las vacunas contra el covid-19 son seguras, eficaces y capaces de disminuir la gravedad de la enfermedad. Para los que tienen y los que no tienen fe, por ahora, ellas son la única salida disponible de esta terrible pandemia.
Fuente: CNN