A 31 años luz de distancia de nosotros hay una «súper-Tierra» que podría albergar vida. Esta esa una de las novedades anunciadas el miércoles por un equipo internacional de astrónomos, que descubrió un sistema formado por este y otros dos planetas orbitando la estrella GJ 357.
De estos tres cuerpos, los dos más cercanos a la estrella —una enana roja de aproximadamente un tercio de la masa y tamaño del Sol y un 40% más fría que este— no presentan condiciones suficientes como para hospedar seres vivos, según los responsables del hallazgo.
Pero el tercero, el más lejano, sí se encuentra en la denominada zona habitable, es decir, en un área cuyas características permiten potencialmente que haya agua líquida en su superficie y, por lo tanto, vida.
Este nuevo mundo, bautizado GJ 357-d, orbita la estrella cada 55,7 días a una distancia de que corresponde a un 20 por ciento de la que separa la Tierra del Sol. Además, se sabe que tiene una masa al menos 6 veces la de nuestro planeta.
El hecho de que tenga características propicias para seres vivos no significa que ya se hayan encontrado pruebas segura de que los haya. Sin embargo, gracias a telescopios que estarán disponibles en unos años, será posible descubrir nueva información al respecto, según explica en un comunicado Lisa Kaltenegger, investigadora de la Universidad de Cornell y miembro del equipo que estudió el nuevo planeta, cuyos resultados se publicaron en la revista Astronomy & Astrophysics.
La clave será confirmar que esta «súper-Tierra» tiene atmósfera, porque eso significaría que “puede mantener agua líquida en su superficie tal y como la Tierra”, explica la astrónoma. De momento, lo que está claro es que se encuentra a una distancia de su estrella que hace que la temperatura en él no sea “ni demasiado caliente ni demasiado fría”, remarca.
Según agrega, los nuevos telescopios podrían permitir también descubrir si el planeta tiene océanos o rocas.
Así se descubrió el nuevo sistema
El hallazgo comenzó cuando el satélite TESS (Transiting Exoplanet Survey Satellite) de la NASA detectó en febrero cerca de la estrella GJ 357 la presencia de un exoplaneta en tránsito, es decir, un cuerpo de este tipo situado fuera de nuestro sistema solar que oscurece brevemente la luz de su estrella al pasar por delante de ella en cada órbita.
Se trataba de GJ 357-b, el más cercano de los tres nuevos planetas descubiertos. Y así, después de este, también fue posible detectar también GJ 357-c y GJ 357-d.
Para confirmar el descubrimiento, los astrónomos compararon sus datos con los que procedían de otros centros de observación. «En cierto modo, estos planetas se escondían en mediciones realizadas en numerosos observatorios durante muchos años», apunta Rafael Luque, del Instituto de Astrofísica de Canarias (España) y participante en el estudio.
GJ 357-b es un planeta un 22% más grande que la Tierra. Orbita 11 veces más cerca de su estrella que Mercurio a nuestro Sol, y tiene una temperatura superficial de unos 254°C. “Es lo que llamamos una ‘Tierra caliente’”, explica Enric Pallé, otro investigador del Instituto de Astrofísica De Canarias.
“Aunque no puede albergar vida, cabe destacar que es el tercer exoplaneta en tránsito más cercano conocido hasta la fecha y uno de los mejores planetas rocosos que tenemos para medir la composición de cualquier atmósfera que pueda poseer”.
La masa de GJ 357-c, en cambio, es al menos 3,4 veces la de la Tierra. Este planeta orbita su estrella cada 9,1 días a una distancia un poco más del doble de GJ 357 b, y tiene una temperatura superficial estimada de alrededor de 127°C.
Otro hallazgo del TESS
Esta semana, gracias al los datos del TESS se pudo indentificar otro sistema de tres planetas. Se trata de una supertierra rocosa y dos sub-neptunos gaseosos en los alrededores de TOI-270, una estrella enana roja situada a solo 73 años luz de la Tierra
“Lo interesante es que ninguno de estos exoplanetas existe en nuestro Sistema Solar, con lo que estudiarlos podría ayudarnos a encontrar el ‘eslabón perdido’ en la evolución de los planetas”, señala Pallé, uno de los autores del artículo.
Este satélite será útil para descubrir nueva información sobre los planetas que orbitan GJ 357, explica José Antonio Caballero, otro de los investigadores involucrados en el nuevo hallazgo. En el caso del nuevo mundo con potencial para albergar la vida, dice, el TESS “está terminando de cubrir el hemisferio sur y pronto empezará a monitorizar el hemisferio norte”.
Los astrónomos no tienen intención de parar en sus observaciones. Kaltenegger dice que se investigará si en ese sistema hay otros planetas. «Ya tenemos la maquinaria engrasada, así que seguirán los grandes hallazgos como este», asegura Caballero.