
Este lunes 3 de febrero se lleva a cabo una jornada de protesta denominada “Día sin Inmigrantes”, una iniciativa que busca visibilizar la importancia de la comunidad inmigrante en la sociedad. La convocatoria insta a los inmigrantes a no asistir a las escuelas, no trabajar y no realizar compras como una medida de presión para demostrar el impacto de su contribución en la economía y la vida cotidiana.
La frase “Somos una gran comunidad que debemos estar unida” refuerza la importancia de la cohesión dentro de la comunidad migrante en tiempos de desafíos.
Este tipo de protestas buscan llamar la atención sobre las dificultades que enfrentan los inmigrantes, como la discriminación, las políticas migratorias restrictivas y la falta de reconocimiento a su contribución en diversas industrias. Sectores como la agricultura, la construcción, los servicios y la hospitalidad dependen en gran medida de la mano de obra inmigrante, y un día sin su participación podría reflejar el vacío que dejarían si no estuvieran presentes.
A medida que avanza la jornada, quedará por verse el impacto real de esta protesta, pero sin duda, el mensaje es claro: la comunidad inmigrante es una parte esencial del tejido social y económico de cualquier nació
